Hay lugares donde no se vuelve para seguir siendo feliz.
Rompimos la única regla que teníamos, no podíamos seguir fingiendo y tampoco jugando.
Les cuento los secretos que alguna vez le escuché revelar a una taza de té.
Preparé un reencuentro azaroso, medido y calculado, con ajustes de la primera vez.Nunca llegó.